miércoles, 26 de mayo de 2010

Karl Popper III

Habíamos dejado nuestro recorrido por la crítica que Popper expuso en LSA, en un punto donde para mantener la coherencia de la crítica hacia Hegel (y en realidad para mantener la coherencia de toda la obra) Popper debió asumir la ahistoricidad del concepto de Sociedad Abierta, más específicamente, debió asumir la ahistoricidad de la razón y la libertad, que según Popper eran los fundamentos de dicho tipo de sociedad. Pero esta presunción de que las concepciones de libertad y razón no cambian sustancialmente durante el devenir de la historia, constituye una “hipótesis muy fuerte”, muy condicionante. Tan condicionante llega a ser, que todo el libro se basa en tal suposición.
Popper acusa a los historicistas por reducir la historia a un relato con un final determinado por ley natural, pero aunque Karl desecha este fin teleológico, no escapa de visualizar la historia de un modo restrictivo: como un conjunto de acciones y reacciones a favor y en contra de la Sociedad Abierta (habría que preguntarse si el totalitarismo de la visión historicista quizás no dependa tanto del elemento teleológico como de la visión restrictiva que tiene de los acontecimientos históricos).
Y con esa visión antinómica (Sociedad Abierta Vs. Sociedad Cerrada) Popper encuadra los conflictos y las ideologías que analiza: (pg. 250) “El totalitarismo moderno es sólo una episodio en la ETERNA LUCHA CONTRA LA LIBERTAD Y LA RAZON”.
En la pg. 225, el autor nos señala que Hegel tuvo “un solo objetivo: luchar contra la Sociedad Abierta”, y en la página anterior se comenta que “la lucha por la Sociedad Abierta sólo se REANUDO con las ideas de 1789”. Para Karl Popper la lucha por la Sociedad Abierta no se inicia con la Revolución Francesa, sólo se reanuda. Según el autor esta lucha se había iniciado en Grecia en el siglo V a.C. con (pg. 224) “las ideas ETERNAS de la Gran Generación (…) vale decir la libertad, la igualdad, y la hermandad de todos los hombres”. En efecto, para Karl Popper, los eventos históricos son episodios de una misma lucha (no ponemos más ejemplos para no saturar).
Por otro lado, y a diferencia de los historicistas que se arrogaban el haber descubierto la Ley inexorable del desarrollo histórico (ningún historicista escapa a esto), Popper ya en la conclusión del libro reconoce lo arbitrario de esa visión antinómica que él proponía: (pg. 439) “(La historia del poder político) puede ella convertirse en el campo de nuestra lucha por la Sociedad Abierta en contra de sus enemigos (…) y podemos INTERPRETARLA en consecuencia”.
Haciendo gala de un pensamiento muy sincero y autorreflexivo, Karl Popper reconoce que el ver la historia en términos de Sociedad Abierta/ Sociedad Cerrada es algo que entra en la esfera de las interpretaciones y de las opciones que uno haga como persona (es evidente que si uno no comparte la visión de una Sociedad Abierta, no optará por esta visión de la historia). Pero simultáneamente a este reconocimiento de lo arbitrario de la elección, Popper intenta fundamentar el decidirse por dicha opción: al basarse la SA en la libertad y en la razón, la opción por la primera puede basarse en la opción por estas últimas. Y a su vez la libertad y la razón son las “ideas eternas de la Gran Generación”.
La elección por la Sociedad Abierta (y la consecuente interpretación de la historia) Popper la basa en la opción por una razón ahistórica.
Y el fundamento de Popper hacia esa opción racionalista, será objeto de nuestro próximo post.



El Angelus Novus de Paul Klee. El cuadro que inspirara a Walter Benjamin...

Odiseo Blabla

jueves, 20 de mayo de 2010

Karl Popper II (Segunda Parte)

(Con SA abreviamos Sociedad Abierta , y las citas son del libro La Sociedad Abierta y Sus Enemigos (LSA))

Retomemos desde donde habíamos dejado: desde Karl Popper señalando que el marxismo, por su raíz hegeliana había inducido a cierta interpretación en sus principales lectores, y esto acarreó consecuencias prácticas poco felices por parte de los marxistas (especialmente los soviéticos y los demócratas sociales de Alemania).


Pero este señalamiento de Popper hacia lo “fatídico del elemento hegeliano” no se reduce solamente a la cuestión marxista. La implicación totalitaria que Popper cree reconocer en Hegel es lo que guía casi toda su crítica a este pensador alemán: (pg. 251) “Casi todas las ideas más importantes del totalitarismo moderno están heredadas directamente de Hegel”.
Y uno de los argumentos que se da en el libro para ejemplificar el argumento anterior es la cuestión de los otros intérpretes de Hegel (aparte de Marx). En la sección V del capítulo 12, Popper señala lo que a su criterio son las influencias de Hegel en el pensamiento totalitario. Y lo cierto, es que el filósofo austríaco logra paralelismos (sólo paralelismos) muy claros entre los pensadores racistas y totalitarios y Hegel.
Veamos el ejemplo que más me llamó la atención: (pg. 251) “El elemento científico del racismo puede remontarse a Haenckel (…) la fórmula del racismo moderno es (…) Hegel + Haenckel (…) El racismo sustituye el “Espíritu” de Hegel por algo material, el concepto biológico de sangre o raza. Ya no es el “Espíritu” si no la Sangre la esencia autopropulsada (…) Ya no es el “Espíritu” de una Nación lo que determina su destino, sino su sangre.”
Aunque, como mencionamos, Popper consigue establecer claros paralelismo entre los pensadores autoritarios (como Haenckel, Freyer, Haiser, Kauffmann, Max Scheller), y aunque consigue mostrar de forma concluyente esos paralelismos, ellos no alcanzan para mostrarlos como intérpretes de Hegel. Aún con todos esos paralelismos, no es posible deducir de ellos que Hegel es la fuente del totalitarismo de dicho pensadores (aún en el caso mismo de que esos personajes efectivamente fuesen seguidores de Hegel).

Pero por un momento supongamos que efectivamente esos pensadores totalitarios listados arriba eran intérpretes de Hegel y retomemos los problemas causados por la primacía del historicismo en el sistema de Marx: en ambos casos los desmanes provocados por ellos tenían su raíz en Hegel, eran consecuencia de los principios hegelianos de los que partían. Retomemos la pregunta que hicimos en el caso de Marx y reformulémosla ¿Cual es el mecanismo mediante el cual unos principios derivan en una interpretación específica?
A partir de esta pregunta y teniendo en cuenta los puntos señalados anteriormente, podemos finalmente enunciar un poco más explícitamente la postura hermenéutica que dijimos que Popper mantenía.
Hace algún tiempo, nos preguntábamos aquí si las consecuencias de una ideología o sistema de pensamiento, se hallaban más o menos unívocamente determinadas en la axiología del sistema, en los principios de los que partía.
A la luz del tratamiento que estuvimos viendo que Popper realiza de Hegel y Marx, sugiero que en el caso particular de esas ideologías, Popper daría una respuesta afirmativa a la cuestión arriba señalada sobre una ideología y su axiología; y eso constituye lo que denominábamos “postura hermenéutica” de Karl Popper: el fin práctico del hegelianismo y el marxismo se halla más o menos determinado en sus principios. Los resultados prácticos de los sistemas de Hegel y de Marx son frutos directos de los principios de lo que partían (colectivismo, historicismo, esencialismo).
En este caso ¿resulta posible juzgar en particular a Hegel por lo que hicieron sus intérpretes? Para Popper si, y acusar a Hegel por causa de sus intérpretes es la vía recorrida por Karl Popper en su análisis del filósofo de Jena. Hegel es culpable porque (según Popper) sus intérpretes no hicieron más que llevar hasta sus consecuencias prácticas aquello que Hegel planteaba. ¿Pero Hegel era consciente de lo que estaba cimentando?
Evidentemente, para sostener de forma coherente la tesis de la responsabilidad de Hegel (que es la asumida por Popper en LSA), se necesita un Hegel consciente de la avalancha que estaba iniciando. Si así no fuese, Hegel y el devenir de sus ideas no serían más que un eslabón en una arbitraria cadena de causas y efectos.
Esta necesidad de un Hegel comprendiendo (al menos en esencia) el devenir que sus ideas tendrían, Popper la resuelve postulando que (pg. 225) “la tarea de Hegel consistió en dedicar estos pensamientos y métodos prestados (de sus antecesores), con un criterio unitario si bien carente del menor brillo, a un solo objetivo: luchar contra la Sociedad Abierta.”
Ahora bien, una oposición intencional de Hegel hacia la Sociedad Abierta, nuevamente, sólo puede sostenerse si Hegel entendía a la SA tal como lo hacemos hoy. El concepto de SA debería tener cierta invariancia histórica. Y Karl Popper asume que la tiene.
Y creo que sobre esto descansa en esencia toda la crítica de Popper hacia Hegel (en menor medida hacia Platón y Marx) a) en suponer la “postura hermenéutica” de que los fines prácticos de una ideología se encuentran inducidos y más o menos determinados en los principios de dicha ideología, b) y en postular cierta ahistoricidad de la idea de la SA.
Y esta ahistoricidad de la idea de SA, fue asumida por Karl Popper desde el momento en que utilizó una visión antinómica de la historia: La Sociedad Abierta vs. La Sociedad Cerrada. Y sobre esa visión antinómica tratará el próximo post...


Pd. Me gustaría aclarar la cuestión de cómo Popper responsabiliza a Hegel: todo el que leyó LSA sabe que el austríaco menciona a Hegel como un "charlatan", "oscurantista", "mentiroso" y "servil a la monarquía". La verdad es que no puedo dar una cita concreta de la acusación. Pero considero (y creo que entre los popperianos y los hegelianos no hallaré oposición) que en base a la ahistoricidad que Popper atribuye a la ideas de razón, libertad y Sociedad Abierta, este nos presenta un retrato de Platón y Hegel como intencionadamente totalitarios en los términos en que hoy entendemos el concepto. ¿Alcanza eso para sostener mi imagen de un Popper acusando a Hegel en los términos mencionados en el artículo de arriba? Creo que más que confirmar la sospecha, lo anterior no lo descarta: es más, tiende a darle un alto grado de probabilidad; aunque, repito, no alcanza a demostrarlo. El último argumento que me permito dar para sostener la tesis del "Popper acusador" es el siguiente razonamiento: si Popper no veía a Hegel como alguien consiente (y con plena culpabilidad) del devenir de sus ideas, Hegel no sería peligroso. Si Hegel no hubiese sido pro totalitario, mejor dicho, si Hegel no hubiese pensado sus ideas con fines totalitarios y anti igualitarios, el devenir de sus ideas no sería algo más que causal. En este caso Popper tendría que haberse dedicado a criticar más a los intérpretes que tomaron las ideas de Hegel que a hegel mismo. La atención (quizás desmesurada) de Popper hacia Hegel me hace pensar mucho en un Karl Popper concibiendo un Hegel conciente del "totalitarismo ideológico" que estaba desencadenando.



Odiseo Blabla

domingo, 16 de mayo de 2010

Karl Popper II (primera parte)

Vamos a intentar enfocar nuestro breve recorrido por la obra de Popper desde un intento de reconocer una especie de “postura hermenéutica” más o menos implícita en LSA.
Para reconocer esta “postura”, primero veremos muy por arriba una parte del tratamiento que el autor hace de Hegel y de Marx (lo mismo podría hacerse acerca de Platón, pero se alargaría demasiado la cuestión).
Uno de los puntos aludidos permanentemente en LSA (La Sociedad Abierta y sus enemigos) es la cuestión de a que resultan funcionales los sistemas de Platón, Hegel y Marx, en el marco de la lucha por la Sociedad Abierta. Karl Popper no analiza solamente lo que dichos sistemas postulan y afirman, también los juzga haciendo referencia a lo que esas ideologías podrían apoyar o justificar o decir.
Y es en esa línea de análisis en la que Popper introduce la cuestión de los intérpretes de los sistemas (de Platón, de Hegel y de Marx). Veamos un ejemplo de esto: (pg. 229) “uno de los peligros de la fórmula de Marx es el de que si se la toma demasiado al pié de la letra induce erróneamente a interpretar todos lo conflictos políticos como si fuesen luchas entre explotadores y explotados(…) El resultado práctico de esto fue que hubo marxistas, especialmente en Alemania, que interpretaron que algunas guerras, como la primera mundial, se libraban entre revolucionarios u opositores a los poderes centrales y una alianza de países conservadores partidarios de dichos poderes; interpretación que podría esgrimirse para disculpar cualquier agresión. Es éste uno de tantos ejemplos del peligro inherente a la vasta generalización historicista de Marx”.
Con el anterior fragmentos (señalando los términos “si se la toma”, “induce erróneamente”, “el resultado práctico”, “peligro inherente”) podemos ejemplificar como la cuestión de las interpretaciones posibles y las potencial utilización del sistema marxista, constituyen una parte de la valoración que el austríaco hace de la obra de Marx; aunque con este argumento Popper no pretende rechazar al marxismo (eso lo hace con otros argumentos), si intenta llamarnos a la reflexión a la hora de adherir o no a las fórmulas marxistas.
¿Pero como es que el sistema marxista ha inducido a esta “interpretación peligrosa”?
(dos ejemplos que Popper da de esta inducción son la Revolución Rusa y la Democracia Social alemana previa a la segunda guerra) ¿Cómo ha inducido dicho sistema a tales resultados prácticos? (¿y como se perpetúa dicha inducción dentro del mismo sistema?)
Popper intenta rastrear esta inducción presente en el marxismo hasta, lo que él reconoce, es la fuente hegeliana de Marx: en la nota 4 al capítulo 13 de LSA el autor menciona “el carácter hegeliano del marxismo” (pg. 483) y a continuación enumera los principios que a su parecer Marx tomó de Hegel: a) Historicismo b)Relativismo histórico c)Ley del progreso histórico d) la meta del progreso es una mayor libertad y razón e) positivismo moral f) la conciencia de clase (equivalente marxista del Espíritu Nacional de Hegel) g) esencialismo metodológico y dialéctica h) colectivismo.
Todo esto es lo que Popper encuentra de hegeliano en la obra de Marx. Y en esto se basa, en parte (y a pesar de reconocer amplios aportes de Marx hacia las ciencias sociales), el filósofo vienés para concluir que (pg. 369) “todo lo que quedó de Marx fue la filosofía oracular de Hegel, que hoy bajo el atavío marxista amenaza paralizar la lucha por la Sociedad Abierta”. Los dos ejemplos que Popper da de la primacía del historicismo en lo marxistas (y de los problemas que esta primacía acarrea), son la Revolución Rusa con sus problemas posteriores a la toma del poder por parte de los soviéticos, y los Demócratas Sociales de Alemania, que al estar influidos por la profecía socialista de Marx, no supieron (según Popper) reaccionar ante la aparición del fascismo. Es el aporte hegelianismo en forma de historicismo lo que a criterio de Popper ha inducido a la “interpretación peligrosa” de las ideas de Marx.
En resumen, esta inducción que Popper (a nuestro criterio) veía en el sistema marxista, él la atribuía a los principios hegelianos de los que Marx partía. Y la perpetuidad de esa inducción dentro del marxismo se debe a la conservación de dichos principios...



Continuará... (en el próximo post, partiendo de este enfoque de la crítica de Popper a Marx, definiremos la "postura hermenéutica" del austríaco).


Exelente imagen de lo que Marx hizo con Hegel. Creo que Popper habría aprobado esta imagen. De hecho me parece que esta imagen se inspira en una frase de Engels de que la filosofía de Hegel estaba cabeza abajo (pero seguro que me equivoco).

Odiseo Blabla

lunes, 10 de mayo de 2010

Karl Popper I

En 1943, estando exiliado en Nueva Zelanda por causa de su origen judío, el filósofo vienés Karl R. Popper escribió “La Sociedad Abierta y Sus Enemigos”. El libro recién sería publicado en 1945 en Londres. ¿A qué se debe el título y que significa? O mejor dicho ¿Qué es la “Sociedad Abierta” y cuáles son sus enemigos?
Qué es la Sociedad Abierta: El concepto Sociedad Abierta fue introducido en el filósofo Henri Bergson para aludir a una sociedad cuyo sistema político permite que dicha sociedad ponga y disponga a sus gobernantes mediante métodos no violentos. Esta organización social se encuentra asociada (según Popper) a una primacía de la razón y de la libertad de los individuos en los temas de dominio público. Por contraposición a la Sociedad Abierta (SA) la Sociedad Cerrada es aquella forma de organización típicamente tribal, cuyas instituciones se hallan regidas por la tradición y legitimadas por un pensamiento mágico tribal.
Popper, que en otra ocasión se definió como “antimarxista y liberal”, ante este dualismo opta por el primer tipo de sociedad, y en el libro “La Sociedad Abierta y Sus Enemigos” (LSA, abreviaremos) trata de señalar cuáles son los enemigos y cuáles son las actitudes que van en contra de la SA.
Los Enemigos: Al ver a la SA representada en las democracias parlamentarias occidentales, a Karl Popper le resulta fácil reconocer a los enemigos de la SA en el nazismo y el fascismo (al comunismo soviético, aunque lo menciona con sospecha en el libro, no lo llama enemigo. Probablemente porque todavía las atrocidades de la dictadura stalinista no eran de total dominio público).
Pero el tema del libro no es específicamente esos totalitarismos (aunque la referencia a ellos es omnipresente en toda la obra). En el libro LSA, el autor intenta mostrar a la experiencia nazi-fascista como un episodio actual de una lucha que se remonta al siglo V a.C. : la lucha por la Sociedad Abierta.
Y es en esta línea que Popper construye una “cadena del totalitarismo”

Heráclito ---- > Platón ---------> Hegel ---------- > Haenckel,Haiser, Kauffmann, Max Scheller,Freyer ---------- > Nazismo y Fascismo


Estos son algunos de los pensadores que según Popper, a lo largo de la historia se opusieron a la Sociedad Abierta, es decir, son sus enemigos. Pero la cuestión con ellos no termina en sólo señalarlos: según el filósofo austríaco, esta “eterna rebelión contra la libertad y la razón” (pg. 225), terminó por gestar una ideología, que según Popper, es el sustento doctrinal de los totalitarismos: el historicismo.
Popper entiende por historicismo la creencia en el “fin último de la historia (degradación social en Platón, auto cognocencia del Espíritu en Hegel, el advenimiento del socialismo en Marx). Y es contra esta ideología que Popper escribe LSA, tratando de demostrar la relación del historicismo con el totalitarismo moderno y en tratar de explicitar el fundamento peligroso de cualquier sistema historicista.
En la cadena anteriormente señalada, Popper se dedica especialmente a los tres que considera pilares de la filosofía oracular (otro nombre para el historicismo): Platón, Hegel y Marx.
Y estas críticas trataremos de ver en los próximos post.



Aclaraciones:
• Las citas que utilice están tomadas de Popper, Karl R. “La Sociedad Abierta y Sus Enemigos” ; traducción de Eduardo Loedel. Ediciones Orbis S.A. Buenos Aires, Argentina. 1985 (en dos tomos).
• Cuando constantemente mencione los “totalitarismo modernos”, me referiré al nazismo y al fascismo, que eran los sistemas políticos que estaban en la mente de Popper al escribir el libro.
• Verán que Marx no se encuentra en la “cadena del totalitarismo” , Popper aunque se definía como antimarxista, valoraba mucho a Marx y reconocía en él un defensor de los valores igualitarios. Aunque, según el austríaco, la ideología marxista SI es un episodio en la debacle totalitaria que provocó el historicismo.




Odiseo Blabla

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