Hace aproximadamente un mes vi (en la tele) al periodista Robert Cox proponiendo una sencilla solución a los enfrentamientos del gobierno con los grupos mediáticos: que el gobierno dejase de entrometerse en los asuntos perodísticos, y a su vez los grupos mediáticos debían empezar a comportarse de acuerdo a cierta ética profesional, dedicándose a dar información objetiva.
Solución irralizable e imposible, se la mire por donde se la mire.
Sabemos que más allá del asunto de suponer la existencia o no de una realidad objetiva, el lenguaje nunca puede ser ni neutro ni objetivo (por ejemplo, el problema de un lenguaje observacional adecuado para la ciencia se remonta a Leibniz en el siglo XVII). Y el que la solución sea de caráter moral suma otras dificultades:
Supongamos que somos periodistas ¿cómo decidir cuál información es importante o no? ¿Cómo saber cuando es oportuno dar o no cierta información? Supongamos que soy conciente de que comunicar cierto dato de una forma produce un resultado A, mientras que comunicarlo de otra forma produce otro resultado B (queda claro que no hay una sola forma de comunicar las cosas). Evidentemente la forma de comunicación que decida emplear dependerá de la valoración que tenga de las consecuencias A y B ¿cómo juzgarlas y optar por una de ellas? Y supongamos que tanto la consecuencia A como la B las juzgo nocivas para la sociedad ¿Debería comunicar el dato o no? Si decido no darlo a conocer ¿No sería al mismo tiempo una inmoralidad ocultar la información? ¿Cuando deja de ser inmoral en democracia el ocultamiento de información relevante?
Por último, una misma moral dirigiendo a los medios, y teniendo los grupos mediáticos la capacidad de dar u ocultar la información según como la juzguen según esa moral (suponiendo que los medios se manejasen honestamente sugún esa moral) le daría a los grupos mediáticos una función legislativa: la legislación de la comunicación masiva. Un cuarto poder en el sentido más común del término. Un muy poco democrático poder...
Sin embargo lo interesante es notar lo TRIVIAL de todo esto. Todo lo escrito y mencionado
anteriormente son TRIVIALIDADES. Todos son cuestionamientos que se deducen inmediatamente de suponer que la solución al problema gobierno/medios/democracia es un "pacto ético" (obviamente no soy el primero en señalar esto)... Entonces la pregunta de millón no serían las anteriores cuestiones, la pregunta ganadora sería: los que apoyan el pacto ético como solución del problema político/mediatico ¿no se dan cuenta de lo anterior?
Obviamente debe haber quien interesada e intencionalmente elije no darse cuenta. Pero hay otro tanto de gente que con toda honestidad pareciera no reparar en estas dificultades. Esa gente ¿no se da cuenta?
Feyerabend en su tratado "contra el Método", señalaba que "las teorías llegan a ser claras y razonables sólo después de que partes incoherentes de ellas han sido utilizadas durante un largo plazo". El uso reiterado de un punto de vista, nos cauteriza a las incongruencias del mismo. En base a esto, no resulta aventurado afirmar que el adherir a la solución ética del problema mencionado, es una reacción esperable de los que han supuesto por mucho tiempo que existe una comunicación neutra, que es posible el "ideólogo sin ideologías", que hay una sola ética, que la comunicación es una espacio ajeno a la política... el haber tomado estas ideas como premisas durante mucho tiempo, hace que a muchos les resulte extraña la posibilidad de que el problema político/mediático sea un poquito más complejo comparado a lo que su viejo enfoque les hace diagnosticar.
Al mismo tiempo y por otro lado, Imre Lakatos advertía que hay problemas epistemológicos (como la demarcación de lo que es científico y no lo es) que lejos de ser problemas para filósofos de salón, son cuestiones de importacia política vital. Y me parece que lo anterior es uno de esos problemas: las suposiciones simplistas (el lenguaje neutro) y los diagnósticos pobres acerca de la realidad (considerar una sola moral), suelen ser la base de prácticas ingenuas en el mejor de los casos, peligrosas en otros...
Como observación final, me gustaría marcar (sin proponerlo como solución) que una revisión periódica de las hipótesis que utilizamos, nunca viene mal y además nos ayudaría a dar soluciones y propuestas menos dogmáticas, más tentativas, autoreflexivas y hasta más respetuosas del prójimo...
Sabemos que más allá del asunto de suponer la existencia o no de una realidad objetiva, el lenguaje nunca puede ser ni neutro ni objetivo (por ejemplo, el problema de un lenguaje observacional adecuado para la ciencia se remonta a Leibniz en el siglo XVII). Y el que la solución sea de caráter moral suma otras dificultades:
Supongamos que somos periodistas ¿cómo decidir cuál información es importante o no? ¿Cómo saber cuando es oportuno dar o no cierta información? Supongamos que soy conciente de que comunicar cierto dato de una forma produce un resultado A, mientras que comunicarlo de otra forma produce otro resultado B (queda claro que no hay una sola forma de comunicar las cosas). Evidentemente la forma de comunicación que decida emplear dependerá de la valoración que tenga de las consecuencias A y B ¿cómo juzgarlas y optar por una de ellas? Y supongamos que tanto la consecuencia A como la B las juzgo nocivas para la sociedad ¿Debería comunicar el dato o no? Si decido no darlo a conocer ¿No sería al mismo tiempo una inmoralidad ocultar la información? ¿Cuando deja de ser inmoral en democracia el ocultamiento de información relevante?
Por último, una misma moral dirigiendo a los medios, y teniendo los grupos mediáticos la capacidad de dar u ocultar la información según como la juzguen según esa moral (suponiendo que los medios se manejasen honestamente sugún esa moral) le daría a los grupos mediáticos una función legislativa: la legislación de la comunicación masiva. Un cuarto poder en el sentido más común del término. Un muy poco democrático poder...
Sin embargo lo interesante es notar lo TRIVIAL de todo esto. Todo lo escrito y mencionado
anteriormente son TRIVIALIDADES. Todos son cuestionamientos que se deducen inmediatamente de suponer que la solución al problema gobierno/medios/democracia es un "pacto ético" (obviamente no soy el primero en señalar esto)... Entonces la pregunta de millón no serían las anteriores cuestiones, la pregunta ganadora sería: los que apoyan el pacto ético como solución del problema político/mediatico ¿no se dan cuenta de lo anterior?
Obviamente debe haber quien interesada e intencionalmente elije no darse cuenta. Pero hay otro tanto de gente que con toda honestidad pareciera no reparar en estas dificultades. Esa gente ¿no se da cuenta?
Feyerabend en su tratado "contra el Método", señalaba que "las teorías llegan a ser claras y razonables sólo después de que partes incoherentes de ellas han sido utilizadas durante un largo plazo". El uso reiterado de un punto de vista, nos cauteriza a las incongruencias del mismo. En base a esto, no resulta aventurado afirmar que el adherir a la solución ética del problema mencionado, es una reacción esperable de los que han supuesto por mucho tiempo que existe una comunicación neutra, que es posible el "ideólogo sin ideologías", que hay una sola ética, que la comunicación es una espacio ajeno a la política... el haber tomado estas ideas como premisas durante mucho tiempo, hace que a muchos les resulte extraña la posibilidad de que el problema político/mediático sea un poquito más complejo comparado a lo que su viejo enfoque les hace diagnosticar.
Al mismo tiempo y por otro lado, Imre Lakatos advertía que hay problemas epistemológicos (como la demarcación de lo que es científico y no lo es) que lejos de ser problemas para filósofos de salón, son cuestiones de importacia política vital. Y me parece que lo anterior es uno de esos problemas: las suposiciones simplistas (el lenguaje neutro) y los diagnósticos pobres acerca de la realidad (considerar una sola moral), suelen ser la base de prácticas ingenuas en el mejor de los casos, peligrosas en otros...
Como observación final, me gustaría marcar (sin proponerlo como solución) que una revisión periódica de las hipótesis que utilizamos, nunca viene mal y además nos ayudaría a dar soluciones y propuestas menos dogmáticas, más tentativas, autoreflexivas y hasta más respetuosas del prójimo...
Una advertencia mucho mas breve y original que las que he dado en el resto del post...
Odiseo Blabla